No hay nada como tomarse un buen mojito en la playa.

Mojito en la playa

Cuando calienta el sol, nuestro mejor compañero al caer la tarde, y por supuesto por la noche, es un buen mojito, preparado al estilo cubano. Sobre todo, si lo tomas al lado del mar.

En las zonas de costa, los chiringuitos rivalizan entre sí por ofrecer el mejor mojito de la playa. Ahí ves chicos y chicas jóvenes, y no tan jóvenes, con su vaso con hielo picado y ese combinado refrescante de color amarillento verdusco, contoneándose descalzos sobre la arena, buscando una tumbona para relajarse y aliviarse del calor.

Algunos chiringuitos, me consta, han intentado introducir otros cocteles tropicales, como la caipiriña, para ampliar la oferta, pero ninguno ha logrado tener tanto éxito como el mojito cubano.

En Barcelona, en algunas zonas cercanas al puerto, como la Barceloneta o el Borne, los pubs atraen clientela ofreciendo mojitos a buen precio. Para llegar hasta la barra, tienes que ir abriéndote paso a base de codazos. Nadie se resiste a un mojito en verano.

Recuerdo que un año que estaba en Alicante, me fui con mi pareja a la isla de Tabarca, Cuando descubrimos que en un bar del pueblo hacían mojitos, dejamos de recorrer la isla y nos entregamos al encanto de este coctel. No sé si ese bar continúa abierto, hace años de aquello. Lo que sí recuerdo es que mi pareja se bebía los mojitos como si fuera agua. “Tranquila, chica” – le dije – “espera a que se te deshaga un poco el hielo”. “Es que está muy bueno” – me respondió, con una sonrisa de oreja a oreja.

El mojito ha dejado de ser algo exótico para convertirse en una bebida habitual. Esto tiene su lado malo. Peligra la calidad. Después de todo, es un combinado importado que se elabora a mano. No en todos sitios saben hacer un buen mojito.

La historia del mojito.

Dice La Vanguardia que antes, en Cuba, al mojito se le llamaba “Draquecito”. No era tan popular como lo es ahora. Se trataba de un refresco que se elaboraba con ron, zumo de lima y azúcar y cuya invención se le adjudicaba a Sir Francis Drake, el pirata inglés que asaltaba galeones españoles y que por esta razón fue nombrado Lord por la mismísima reina de Inglaterra, Isabel I.

No es un hecho constatado, es una de esas leyendas que circulan por Cuba, tan dada a la magia y a fantasear. Lo que sí se sabe es que los piratas, que merodeaban por el Caribe en los siglos XVI y XVII, eran dados a hacer todo tipo de experimentos con el ron, su bebida de cabecera, la cual no dudaban en mezclar con lo que encontraban a su paso.

El primer mojito, tal y como lo conocemos en la actualidad, lo inventó un camarero de ascendencia española, allá por 1910 en una taberna cercana a La Playa a la Concha, en La Habana Vieja.

La fama internacional de esta bebida se le debe, en gran medida, a la afición que tomó por beberla el escritor norteamericano Ernest Hemingway, quien pasaba largas temporadas en la isla. Allí acudía a diario a tomarse su mojito a La Bodeguita del Medio, en el centro de La Habana, donde solía quedar con personalidades como Salvador Allende, Pablo Neruda, García Márquez o Mohamed Alí. Hemingway escribiría aquello de “Mi mojito en la Bodeguita y mi daiquiri en la Floridita”.

Dicen que el cine ha contribuido a hacer mundialmente famosa esta bebida. En la película de la saga de James Bond “Otro día para morir”, el agente 007, interpretado por Pierce Brosnan, entrega en la mano a una sexi Helli Berry, vestida tan solo con un picardías, un mojito, y ella, tras darle un trago, expresa: “Uhm, creo que podría acostumbrarme a su sabor”.

Cómo se prepara un mojito cubano.

El blog Paulina Cocina explica cómo hacer el auténtico mojito cubano. Antes de nada comienza con algunos consejos previos. El primero de ellos es que el hielo se pica de forma manual. Eso le proporciona más frescura a la bebida. En las coctelerías cubanas antiguas, los bloques de hielo se picaban con un picahielos. Una herramienta punzante, con un mango de madera, con el que asentando golpes al bloque de hielo, se lograba desmenuzarlo. Para picar el hielo en casa, no es necesario utilizar esta herramienta, un tanto peligrosa. Puedes golpear una bolsa de cubitos de hielo contra la pared hasta que se triture en pequeños trozos, o utilizar un picahielos eléctrico.

La redactora del artículo nos sugiere frotar suavemente una lima cortada por la mitad por el borde del vaso y pasar sobre él una hoja de hierbabuena. De esta manera realzaremos el sabor del trago.

Para preparar el mojito lo primero que debemos hacer es exprimir una lima en el vaso. La exprimiremos con la mano, añadiremos dos cucharadas de azúcar y removeremos.

En ese mismo vaso echaremos un par de hojas de menta o de hierbabuena, que macharemos con la maza de un mortero. La idea no es triturar la menta, sino machacarla lo suficiente, como para que expulse sus aceites naturales.

Agregaremos hielo picado hasta la mitad del vaso. El blog nos propone, en ese momento, añadir soda o agua con gas hasta cubrir en total los 2/3 de la capacidad del recipiente. A continuación le pondremos ron blanco al gusto,

En ese momento hay que removerlo todo bastante bien con una cucharilla. Y finalmente, adornar la copa con una hoja de menta fresca.

El vaso es importante.

Como hemos visto, el coctel se prepara en el mismo vaso donde lo vamos a beber. Por tanto, debe ser un vaso robusto, ancho, resistente y con una capacidad parecida a la de un combinado, el vaso long drink británico.

Es un vaso especial. Debe ser lo suficientemente ancho como para permitir al camarero trabajar dentro de él. Piensa que deberá machacar la hierbabuena o la menta en el interior del vaso.

Al mismo tiempo, debe ser un vaso no demasiado grande, que lo pueda coger el cliente en una mano, y con las paredes lo suficientemente robustas como para conservar el frío del hielo el máximo tiempo posible. Sin que la temperatura de la bebida se vea afectada por el calor que desprende la mano.

Es un vaso difícil de encontrar, me dice Jaume, que tiene un bar en Valencia. Tras buscarlo un tiempo, lo ha podido hallar en la web de la Compañía Giona, donde se pueden comprar copas de vino personalizadas online también.

Jaume me cuenta que se puede servir el mojito en otros tipos de vasos, de hecho muchos bares lo hacen, pero ni la comodidad para el camarero que lo prepara, ni la experiencia del usuario, es la misma.

¿Por qué nos gusta tanto el mojito?

El mojito es una bebida en la que te vas a encontrar pocas personas que te digan que no les gusta. Que lo odian. Puede ser que alguien te comente que le gusta más cargado de ron, otros que lo prefieran más suave, algunos que les guste más dulce. Son matices que se pueden aplicar sin problemas al coctel, ya que es un trago personalizado.

Estas son algunas de las razones que hacen que el mojito sea tan querido:

  1. Sabor refrescante. La combinación de la lima, la hierbabuena, el azúcar, el ron y la soda logra un equilibrio entre lo dulce, lo ácido y lo aromático, perfecto para combatir el calor.
  2. Aromas intensos. La hierbabuena fresca aporta un aroma inconfundible que proporciona sensación de frescor desde el primer sorbo.
  3. Graduación alcohólica moderada. Al estar mezclado con soda y hielo picado, el ron se percibe suave, lo que lo hace agradable para aquellos a los que les gustan los cócteles
  4. Está asociado con el verano y la playa. Su origen caribeño y su estética tropical lo vinculan mentalmente a las vacaciones, el mar y los momentos de relax.
  5. Ingredientes naturales y sencillos. A diferencia de otros cócteles, el mojito se elabora con productos fáciles de conseguir, frescos y que no necesitan una maquinaria especial para procesarlos.
  6. Admite diferentes versiones. Aparte del mojito cubano, el original se puede preparar mojito sin alcohol, no echándole ron, o hacer experimentos con frutas frescas como el mango o la guayaba.
  7. Presentación atractiva. El vaso alto con hielo picado, rodajas de lima y hojas de hierbabuena crea una imagen apetecible que invita a consumirlo.
  8. Carácter social. Es una bebida que suele pedirse en grupo y que encaja bien en una terraza veraniega o en una fiesta nocturna.
  9. Sabor a Cuba. Cuba es una isla encantadora. Por su ubicación en el Caribe, por el carácter alegre de sus gentes, por su gran riqueza cultural. Tomarnos un mojito nos evoca la isla caribeña.
  10. Sensación de frescor inmediato. El hielo triturado y la lima provocan un efecto refrescante que se agradece especialmente en los veranos cálidos.

Beberse un buen mojito es una de esas experiencias que nos gusta repetir en cuanto se nos presenta la ocasión de hacerlo.

 

 

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