Hacer un examen perfecto es todo un arte. Puede parecer una tontería ahora mismo y es que ahora mismo muchos están pensando que el único arte es el que da resultados al trabajar e hincar los codos. Y no les falta razón, pero también muchos ven sus esfuerzos frustrados al no alcanzar las metas de aprobar sus exámenes a pesar de haberse estado preparando a conciencia durante meses. También está el caso contrario, gente que va con los conocimientos justos al examen y sale mejor de lo que esperaba y merecían desde el punto de vista objetivo.
Ahora mismo, muchos están en la recta final del curso y en plena época de exámenes finales, hordas de estudiantes sin salir de casa o en las bibliotecas dando todo y más por sacar sus mejores calificaciones. En este artículo te vamos a enseñar algunos sencillos trucos para que sepas como afrontar un examen de la mejor manera posible.
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La preparación previa es muy importante
En las semanas previas hay que prepararse como si de una competición deportiva se tratase. De hecho algunos preparadores de la EBAU miden los resultados los comparan con los de otros aspirantes que quieren acceder a la misma carrera en la que hay unas plazas limitadas. Todo para motivar a sus alumnos.
Es muy importante tener claro que cada vez que te sientes a estudiar, enfocar la atención en lo que estás haciendo, si no es tiempo perdido. Y es que cada vez que te despistar pierdes ese tiempo y el que posteriormente tardas en volver a concentrarte.
Lo mejor es hacer “sprints” de hora y media de estudio intensivo y tomar descansos de 10 o 15 minutos. El cerebro no está preparado para mantener la atención de forma ilimitada. Los atracones son contraproducentes, ya que no retendrás la misma cantidad de información y con la misma claridad que si lo haces por tramos.
No es bueno tampoco “olvidarse” de comer o hidratarse o pasarse con la cafeína. Y es que llegar cansado o sobre estimulado al examen no te hará ningún bien, de hecho puedes llegar a sufrir un bloqueo y que te quedes en blanco.
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Momentos antes del examen
No sólo hay que estudiar mucho para aprobar un examen. “Los momentos antes del examen es vital mantener una mentalidad positiva. La motivación y la confianza son claves en los momentos previos. Siempre hay presión, esfuerzo y expectativas. Pero nosotros siempre decimos a nuestros alumnos que hay que liberar la mente y tener una actitud positiva para hacer la prueba de la mejor manera posible”, explican desde Oposiciones de enseñanza, empresa preparadora de oposiciones en Valladolid.
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Durante el examen
Llega el momento, el examen por delante. Echas un ojo a las preguntas que han caído. Lo primero que debes hacer es no sucumbir al pánico, cosa que es bastante común después de una primera lectura rápida del examen. La ansiedad y las emociones hacen que te bloquees y esto puede hacer que no entiendas bien las preguntas o que pienses que han ido a pillarte.
Es importante controlar los nervios en esos primeros minutos, ya que si pasas esa primera barrera, todo va a ir a mejor.
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Controla los tiempos y el papel
Otro punto importante es controlar lo que escribe y el tiempo que inviertes en ello, y es que muchos estudiantes saben tantos detalles sobre una pregunta que pierden mucho tiempo en ella olvidando el resto del examen. Esto puede ocurrir y que se acabe el tiempo, dejando medio examen en blanco.
Es importante invertir un par de minutos para organizarte bien las preguntas y como las vas a enfocar. Reparte el tiempo y el espacio disponible, dejando algo de tiempo para el último repaso. Esto puede parecer una pérdida de tiempo pero para nada, todo lo contrario.
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Antes de entregar tu examen, repásalo
Como hemos comentado anteriormente, no debes terminar el examen apurado sino dejar varios minutos al final para repasar todo bien. Seguramente estará todo perfecto ya que has estudiado e ibas bien preparado para todo, dado este caso, es solo cuestión de confirmar que todo ha ido bien. Pero, ¿Y si te asaltan las dudas y no sabes si algo estará bien o si está incompleto?, para eso sirve el último repaso.
Bien es cierto que si te tienen excesivas dudas es porque no se interiorizaron bien los conocimientos o que los nervios te jugaron una mala pasada. En este caso, solo queda intentar calmarse, con la suerte de que vuelva el recuerdo de todo lo aprendido, y en el caso contrario, pues jugársela, siempre y cuando, una respuesta errónea no te penalice.
Una vez llegados a este punto, libérate de todos los nervios, sal del aula y deja dentro todo. Ahora es momento de disfrutar del buen examen que has hecho.
Sigue estos pequeños consejos, seguro que te son de utilidad si estas en camino de presentarte a un examen importante, te servirá para afrontar los nervios y la ansiedad de mejor manera.