Cada trago tiene su vaso.

Vaso de whisky

¿Te has preguntado alguna vez por qué el Gin Tonic se bebe en una copa de balón? ¿O por qué el whisky se toma en un vaso ancho de cristal grueso? No es por casualidad. Cada recipiente realza las características del licor que contiene, creando una experiencia que va más allá de la mera ingesta de alcohol.

A nuestro pesar, y frente a las objeciones que presentan algunos, el alcohol forma parte de la cultura de media humanidad. Ha sido y es un instrumento de interrelación social. El hombre ha creado a lo largo de los siglos ceremonias para beber, entre las que se incluye la forma de presentar la bebida, y en las que se marcaban las pautas en las que los individuos interactuaban con los demás.

Son las clases sociales más adineradas, primero la alta nobleza y después la burguesía, quien desarrolla una cristalería específica para cada licor, que permite disfrutar de todos sus matices.

Así, por ejemplo, mientras el pueblo llano durante siglos ha bebido el vino en porrones y botas, donde el licor se compartía, y el recipiente pasaba de unas manos a otras; en las cenas de los aristócratas se bebía en copa. Un recipiente individualizado, que permitía brindar, para forjar alianzas entre los comensales.

Son los clubs burgueses británicos del siglo XIX, los que empiezan a desarrollar una cristalería específica para los licores. El jerez español, que tomaban como aperitivo, lo servían en una copa pequeña. El coñac francés, con el que se iniciaban la sobremesa, se presentaba en una copa abombada. Y el whisky, con el que se aderezaban las conversaciones más prolongadas, lo tomaban en vasos de cristal labrado.

Estos rituales se han democratizado y extendido al conjunto de la sociedad desde mediados del siglo XX hasta la actualidad. Hoy en día no nos sorprende a nadie que cada bebida sepa diferente en función del vaso en el que la bebemos.

Hemos querido hablar con los fabricantes de Giona, una empresa segoviana que se dedica a la fabricación y distribución de cristalería para vinos y licores. Nos han comentado algunos de los vasos y copas más emblemáticos. Nosotros hemos investigado un poco su historia y su porqué.

La copa de balón para el Gin Tonic.

La copa de balón, en realidad, es un invento español que se desarrolla a finales del siglo XX para crear una experiencia única en el consumo de este combinado de origen británico.

Es una evolución de la copa borgoña. Una copa que se utilizaba para beber vinos tintos con cuerpo y aroma. Para ello, el cáliz de la copa se hace más grande, para que puedan entrar los ingredientes y el hielo, y el tallo se vuelve más largo, para que la mano del consumidor no caliente la bebida.

El nacimiento de esta copa coincide con el momento en el que este combinado se vuelve a poner de moda. Además de que resulta más elegante beber esta bebida en copa que hacerlo en vaso de tubo, la copa de balón permite al consumidor apreciar los aromas de la ginebra y facilita que las burbujas de la tónica explosionen.

La ancha boca de la copa permite agregar condimentos como la pimienta rosa o la flor de enebro, que espacian los aromas, creando una experiencia diferente. Al mismo tiempo, el barman, tiene espacio suficiente para introducir una cucharilla larga de coctel para integrar mejor los ingredientes.

Tradicionalmente, hasta hace poco, el Gin Tonic se bebía en un Long Drink, un tipo de vaso que comentaremos más adelante.

Old Fashioned para el whisky.

Este es un vaso de origen británico, corto, ancho, cuadrado y de cristal grueso. Se le llama también vaso de rocas o de cristal de rocas, ya que la parte baja del cuerpo suele venir labrada.

El whisky en Gran Bretaña se sirve con un solo hielo. El grosor del cristal de este vaso impide que el calor de la mano del consumidor caliente la bebida. La apertura del vaso es ancha, cubriendo en cada trago desde la boca hasta la nariz, de manera que con cada sorbo, el bebedor pueda apreciar los aromas a roble del licor.

Otra de sus características es su robustez, su estabilidad. Es un vaso cuadrado que no pierde el equilibrio en ningún lugar donde lo depositemos. La razón de ello es que en los clubs ingleses, los bebedores iban moviéndose de una mesa a otra para intervenir en diferentes conversaciones y tertulias.

A menudo, el bebedor acudía a la barra o pedía al camarero que le rellenara el vaso. Por lo que es un vaso resistente que permite un uso continuado.

El long drink.

El long drink es un vaso alto diseñado para servir en él combinados que contienen una gran cantidad de hielo, como el whisky con soda, el vodka con naranja y algunos cocteles como el gin-fizz o el Bloody Mary

Los vasos de tubo, donde nos sirven los cubalibres en la discoteca, son una variedad de long drink. Sin embargo, la web Gastronomía Vasca señala que hay que diferenciarlos. Mientras los vasos de tubo son rectos, ya que su función principal es mantener el hielo el mayor tiempo posible, el long drink original tiene la boca del vaso más ancha que la base, lo que permite que el consumidor aprecie los aromas de la bebida.

El long drink clásico suele ser algo más bajo que el vaso de tubo, es más elegante y ofrece una mejor experiencia al usuario. Eso sí, se utiliza para servir combinados donde se emplean licores de calidad. Licores que deslumbran por su aroma y su sabor. Mientras que en el vaso de tubo podemos servir, si queremos, perdonen la comparación, licores de garrafón.

Copa globo o copa de coñac.

Esta es una copa corta que se utiliza para beber licores macerados que se toman sin hielo como el coñac, el anís, los orujos y los aguardientes de hierbas. Es una copa bastante popular en nuestro país debido al arraigo que alcanzaron estas bebidas en generaciones anteriores a la nuestra.

Es una copa abombada, diseñada especialmente para que el licor se oxigene y despliegue sus aromas y efluvios al caer dentro de la copa y al moverla. Al mismo tiempo, la boca se estrecha para que esos aromas permanezcan dentro de la copa y realcen el sabor en cada trago.

El tallo corto, crea una forma perfectamente ergonómica que se adapta a la mano del consumidor y facilita su manipulación.

Copas para cocteles.

La coctelería es un mudo aparte. Tenemos copas diseñadas para cada tipo de coctel. El blog Alambique nos presenta las copas de este tipo más conocidas. Las que según ellos no deberían faltar en ningún bar. Son estas:

  • La copa Martini. Esta es una copa pequeña, cilíndrica, con forma de triángulo. En ella se pueden presentar todos los cocteles que se sirven sin hielo. Debe su nombre al Martini, un coctel de origen inglés que se basa en agitar en una coctelera ginebra con vermut; aunque James Bond lo tomaba mezclado, no agitado, y acompañarlo con una aceituna y una rodaja de naranja. Tienen el tallo largo, porque muchos de estos cocteles, como el propio Martini, se enfriaban con hielo picado en la coctelera, aunque se servían sin él.
  • La copa margarita. La copa margarita es una copa con forma de tulipán, ideada para servir este coctel de origen mexicano elaborado con tequila, triple seco y zumo de lima. Puede servirse con hielo picado o sin él. Pero lo cierto es que siempre se bebe frío. La base del cáliz, un poco más recogida, permite mantener por más tiempo el frescor de la bebida, mientras que la boca generosa de la copa facilita cubrir el borde con azúcar o sal para condimentar el sabor del trago.
  • La copa de champán. La copa de champán, la que tiene forma de media esfera, se utiliza con asiduidad en coctelería, y no solo para servir este espumoso. Esta copa resulta útil para presentar cocteles que se sirven fríos y que contienen ingredientes con burbujas, como el agua de valencia. La forma abierta de la copa permite que las burbujas explosionen, mientras que su tallo largo, conserva por más tiempo el frío en la bebida.
  • Copa huracán. Esta es una copa de gran capacidad que se utiliza para servir cocteles exóticos con zumo de frutas, como la piña colada. El cáliz tiene una forma caprichosa, que en cierto modo recuerda la silueta de una mujer. Es ancha y abombada en la base, después se estrecha y finalmente se vuelve a abrir para facilitar el trago.
  • Vaso Collins. Este es un vaso que nos recuerda en cierta medida al Long Drink, pero que se diferencia de él porque su boca es más ancha. A pesar de ser un vaso alto y de gran capacidad, es menos estilizado que el vaso de combinación. En coctelería se emplea para servir mojitos y otros cocteles con abundante hielo picado.

Como ves, utilizando el vaso adecuado, cada trago te sabrá mucho mejor.      

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